Para muchas mujeres, hacerse duchas vaginales es una forma de sentirse más limpias. Tal vez escucharon a sus amigas hablar del tema o incluso lo vieron en comerciales de televisión. No hay nada malo con querer mantener limpia la vagina; lo que es cuestionable es si está bien hacerlo con una ducha vaginal.
Las duchas vaginales se suele realizar con agua y vinagre o incluso se pueden comprar en farmacias y supermercados y contienen antisépticos y fragancias. Suele hacerse con una botellita que se pulveriza dentro de la vagina.
Ventajas y desventajas
Hay mujeres que se realizan las duchas vaginales para deshacerse de olores desagradables, para lavar la sangre menstrual después de la regla, para evitar enfermedades de transmisión sexual y para prevenir un embarazo después de tener sexo sin protección. Sin embargo, los expertos coinciden que las duchas vaginales no son eficaces para ninguno de estos fines, y además puede tener riesgo de infección, complicaciones en el embarazo y otros problemas de salud.
No hay más ventajas. Eso es todo. En cambio, de desventajas hay bastantes: las duchas vaginales durante el embarazo se han relacionado con un mayor riesgo de parto prematuro, infecciones vaginales, contraer la Enfermedad Inflamatoria Pélvica –hasta un 73% más de probabilidades-, complicaciones en el embarazo –más dificultades para quedar embarazadas o sufrir un embarazo ectópico-, cáncer de cuello uterino, entre otros.
De acuerdo con los expertos de la salud debes evitar las duchas vaginales. Son innecesarias porque la vagina se limpia sola y sólo puedes tener graves riesgos para tu salud. Tener un poco de olor vaginal es normal, y si notas un olor demasiado fuerte podría ser una infección.