La compresión del bebé, un desequilibrio muscular o la influencia hormonal de la propia gestación, pueden provocar que la mujer sufra de lumbalgia o dolor lumbar.
El aumento de la curvatura lumbar provoca una tensión de la musculatura paravertebral, que junto al aumento del peso en la gestación, producen una sobrecarga en los cuerpos vertebrales de la columna que favorecen la aparición del dolor de espalda en el área lumbar.
Cuando la futura mamá empieza a sufrir de este dolor es importante que acuda al fisioterapeuta especializado en el embarazo para llevar a cabo el tratamiento adecuado.
Este especialista la ayudará a relajar la musculatura de espalda y la enseñará a adoptar una buena postura, además de desarrollarle un programa e implementarle un control de la higiene postural durante la gestación y el posparto.
Otros consejos para la lumbalgia es no permanecer mucho tiempo sentada o de pie, usa zapatos cómodos con tacón ancho y de unos tres o cuatro centímetros y al recoger cosas es mejor doblar las rodillas y evitar flexionar la espalda.
Además de esto, el yoga y el pilates prenatal también son excelentes alternativas que ayudarán a aliviar las cargas en la zona lumbar y tratar la lumbalgia en el embarazo, así como favorecen el fortalecimiento de la espalda y el estiramiento de todos los músculos.